Todo transcurría sin sobresaltos hasta el 29 de abril de 1961, cuando Leonid comenzó a tener fiebre moderada, debilidad general, náuseas y, más tarde, dolor en el abdomen. El tratamiento que se administró no le sirvió de ayuda y al día siguiente se autodiagnosticó una apendicitis aguda que había derivado en peritonitis. Su estado general empeoró esa misma noche.
La intervención comenzó a las 22:00 h. del día 30 de abril. Después de anestesiarse localmente la zona afectada con Novocaina, Rogozov se hizo una incisión de entre 10 y 12 cm. que le permitiera el acceso al apéndice. La debilidad y las náuseas le obligaban a realizar breves pero numerosas pausas, pero, por fin, consigue cortar y extraer la parte enferma que ya presentaba una perforación de 2 x 2 cm. Tras administrarse antibióticos directamente en la cavidad peritoneal, procedió a suturarse, terminando la operación dos horas después de su inicio.
Después de un breve periodo de debilidad, los síntomas de la peritonitis fueron desapareciendo, la temperatura corporal volvió a la normalidad y, siete días después, se quitó los puntos. A las dos semanas, se había restablecido por completo.
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