La genómica y su impacto en la producción animal

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El sector de la producción animal está confrontado retos cada vez más grandes para poder mantenerse a un nivel competitivo en el mercado actual. Una mayor productividad y una eficiencia superior no podrán obtenerse sin el apoyo de nuevas técnicas de la biotecnología, que permitirán alcanzar resultados en diversas áreas.
Entre las ventajas que ofrece esa rama del conocimiento figuran el controlar las enfermedades de los animales, mejorar la eficiencia en la asimilación de alimentos, modificar las características de los productos derivados (carne, leche, huevos) para responder a las nuevas exigencias de los consumidores, optimizar la selección y la trazabilidad de los animales y sus productos, así como disminuir la contaminación relacionada con esta industria y asegurar la biodiversidad de las especies.
La genómica es una tecnología con el potencial de ofrecer nuevas posibilidades a fin de rentabilizar la industria de la producción animal, y es una de las disciplinas que tiene más impacto en la investigación científica. Su conocimiento nos revela la estructura de los genes y proporciona las bases para poder comprender a fondo las actividades fisiológicas principales de los animales (reproducción, defensa contra los microorganismos patógenos, el metabolismo de los alimentos, entre otras).
Los beneficios que se esperan de la genómica han generado una efervescencia mundial para descubrir los genes e interpretar la información biológica escondida en las largas cadenas del ácido desoxirribonucleico (ADN). Un interés particular existe en el control del genoma con un doble objetivo: descubrir nuevos marcadores genéticos que ayuden a mejorar la salud, la nutrición, la reproducción y la selección genética de los animales; y segundo, controlar la calidad y la salubridad de las carnes y otros productos derivados de los animales.
El conocer la estructura y funcionamiento del genoma tiene diversas aplicaciones en la salud (para conocimiento de los mecanismos de resistencia a las enfermedades), nutrición (nutrigenómica) y la reproducción animales (transgénesis). Sin embargo, las principales aplicaciones de la genómica se enfocan a la selección de los animales con la ayuda de marcadores genéticos, identificación de la mejor combinación genética y el ambiente de producción para obtener una calidad competitiva.
Ahora que se empiezan a conocer los misterios del ADN, la selección genética de los animales puede hacerse más rápidamente, a una temprana edad del animal y con mayor precisión gracias al cálculo del valor genómico del animal, que es la relación entre las variaciones del código genético (SNPs, polimorfismos de nucleótidos simples) y la información sobre las características del animal resultado de las evaluaciones genéticas tradicionales.
Diversos países trabajan en colaboración para calcular el valor genómico de los animales. Por ejemplo, en Canadá la información genómica será pronto accesible a los productores de bovinos. Los animales canadienses podrán venderse con una nueva “etiqueta” o valor genómico, y las empresas que comercializan la genética bovina ven nuevas oportunidades de comercialización de productos (semen, embriones) con un buen perfil genómico, como lo hacen DNA Landmarks, Quantum Genetics Canada Inc., Bovigen y Catapult (empresas compradas por Pfizer), Genetic Visions y GenomNZ, entre otras.
La genómica puede acelerar la selección de los animales más productivos y la industria ve nuevas oportunidades de negocio con sus aplicaciones. Pero veamos también el otro lado de la moneda, el hecho de seleccionar los mejores animales para una reproducción intensiva (ayudada también con las nuevas técnicas de inseminación artificial) ha implicado una disminución del número de razas utilizadas en la industria y una consanguinidad más acentuada entre la población animal. Como consecuencia, los animales son menos capaces de adaptarse a un medio ambiente cambiante. Los productos derivados de los animales (leche, carne, huevos) son también más homogéneos, lo cual representa una ventaja para la producción masiva de alimentos, pero representa una falta de diferenciación de los productos lo que va en contra de las nuevas demandas de los consumidores que exigen ahora más variedad y son atraídos por productos nuevos y diferentes.
El progreso tecnológico seguirá avanzando. La prudencia y una evaluación exigente de las consecuencias éticas, sociales, ambientales y económicas a corto y largo plazo de la utilización de las nuevas biotecnologías ayudarán a hacer un uso inteligente del conocimiento sobre los mecanismos de funcionamiento de la esencia de la vida.
Dora Rodríguez Maya, egresada de la Facultad de Química de la UNAM, directora del Sector Salud Animal del CQVB (Centre Québécois de Valorisation des Biotechnologies), ubicado en Quebec, Canadá.