Venter crea una bacteria nueva trasplantando ADN

El estudio allana el camino hacia la creación de organismos "a la carta"
El grupo del estadounidense Craig Venter ha dado un paso más hacia la creación de vida a la carta. Investigadores del instituto que lleva su nombre han conseguido trasplantar el genoma modificado de una bacteria al de otra de una especie diferente. Tras el cambio genético, las bacterias receptoras han dado lugar a un organismo nuevo en la naturaleza, pero con unas diferencias mínimas con la bacteria donante. El avance acerca la posibilidad de diseñar bacterias con un comportamiento genético programado para producir fármacos, generar energía a partir de desechos o eliminar vertidos tóxicos.
"Se trata de reescribir el genoma de un organismo como si fuera el programa de un ordenador", explica a Público el investigador del Centro Nacional de Biotecnología Víctor de Lorenzo. "Es un desarrollo sensacional desde el punto de vista tecnológico", añade.
El año pasado, el grupo de Venter fue el primero en ensamblar un genoma completo de bacteria a partir de sus componentes químicos. También consiguió trasplantar el genoma de una bacteria al de otra. Ahora su grupo describe en la edición digital de Science una vuelta de tuerca más: conseguir trasplantar un genoma modificado entre bacterias y que este dé lugar a nuevos organismos, algo que hasta ahora no era posible. Para lograrlo, Venter ha utilizado una levadura que ha hecho las veces de madre de alquiler, explica De Lorenzo. Primero, el equipo extrajo el genoma natural de la bacteria M.mycoides.
Después lo inyectó en levadura, un organismo que es genéticamente más complejo, pero mucho más fácil de manipular. El objetivo final era inyectar este genoma a una M. capricolum, una bacteria "prima hermana" de la donante. A pesar de su parecido, la bacteria receptora rechaza ADN ajeno gracias a la acción de unas enzimas que desempeñan funciones perecidas a las del sistema inmune. El equipo anuló la acción de estas enzimas en la bacteria receptora.
También modificaron el genoma original de la donante para facilitar el trasplante, algo que no sería posible si el material genético no se hubiera transferido a la levadura. El trasplante final en las bacterias receptoras dio lugar a 40 colonias de bacterias que contenían el genoma completo de la donante. Ocho de esas colonias dieron lugar a una nueva clase de bacteria cuyo genoma incluía los sutiles cambios genéticos introducidos por el equipo. "Es como si en un libro de 1.000 páginas, hubiera pequeños cambios cada 20", explica De Lorenzo. Ahora habrá que ver si los investigadores pueden modificar el genoma de las bacterias a voluntad, lo que podría ayudar a generar nuevas formas de vida capaces de transformar residuos en energía o producir nuevos fármacos.